Sobre la colección
La Colección Leinweber Giles es una colección privada fundada por Regina Leinweber y David S. Giles con el propósito de preservar y reunir obras que poseen un profundo significado personal para la familia. Guiada por afinidades individuales y compartidas, la colección abarca una diversidad de expresiones artísticas, con afinidad especial por el expresionismo abstracto, así como objetos históricos que reflejan las sensibilidades culturales, estéticas y emocionales de la familia.
Más que un acervo patrimonial, la Colección Leinweber Giles es un testimonio vivo de la relación entre las personas y los objetos que las inspiran—una invitación constante a mirar con atención, sentir con profundidad y pensar con apertura.
David S. Giles y Regina Leinweber forman una pareja unida no solo por el vínculo matrimonial, sino por una visión compartida sobre el arte, la belleza y la creación como forma de transformación cultural. Con base en Portugal, han sabido tejer desde sus trayectorias profesionales —distintas pero complementarias— un proyecto común que une sensibilidad estética, estrategia y una profunda conexión con las expresiones contemporáneas.
David Santillán Giles (Ciudad de México, 1988) es fundador de Santo de Piedra, una atelier que ha redefinido el mezcal como objeto de lujo, fusionando tradición artesanal con un enfoque curatorial. Su sensibilidad por el arte y su experiencia en museografía y gestión cultural nutren su mirada como coleccionista y promotor de artistas contemporáneos, particularmente en México y Europa.
Regina Leinweber (Pawlodar, 1989), de origen alemán, aporta una sólida formación en banca y private equity, además de una perspectiva empresarial centrada en la innovación y la eficiencia. Como fundadora de Addgai, ha impulsado soluciones tecnológicas aplicadas a la vida cotidiana, siempre con una mirada puesta en el futuro y en la humanización de la tecnología.
Juntos, representan una nueva generación de coleccionistas y mecenas que no solo adquieren obra, sino que la acompañan, la promueven. Su compromiso con el arte es íntimo, honesto y activo —una extensión natural de su vida compartida.